Diario de clase 10/02/20 - 14/02/20

Tercera semana 10/02/20 - 14/02/20

     Ya vamos por la tercera semana de prácticas, es increíble como pasa el tiempo durante las horas de clase ¿verdad? Conseguir aprovechar al máximo esas horas es una tarea difícil, a veces incluso frustrante. Tienen tanto que contarte que es imposible no escucharles, a pesar de que te ocupe más de la mitad de la clase. También es importante prestarles atención, pienso yo, que sea algo recíproco. ¿Por qué iban a tener que aceptar sin más, el hecho de tener que estar oyendo a tantos adultos sin recibir la más mínima atención por nuestra parte? Ellos te hacen partícipes de su vida, y es normal, ya que pasan con nosotros casi la mitad de su día. 

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     Dejando la reflexión a un lado, me gustaría hablar de un hecho importante de esta semana. Como ya sabéis, el 11 de febrero se celebró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia y, al igual que en la mayoría de centros, se llevó a cabo una actividad a mano de una paleontóloga de la UGR. Dicha actividad consistió en el visionado de unas diapositivas acerca de la paleontología, haciendo hincapié en las pocas mujeres existentes en la rama de ciencias y repasando las primeras paleontólogas de la historia. Al principio me pareció una actividad verdaderamente interesante, sin embargo, no tardé en darme cuenta de que no era una actividad adecuada para primero de Primaria. Los alumnos realmente no estaban entendiendo el trasfondo de la actividad y el mensaje tan importante que se pretendía transmitir. Por esa razón, esta actividad debería haber ido acompañada en el aula por otro tipo de actividades que realmente ayudara a comprender y hacerles conscientes de que son poquísimas las mujeres que se decantan por la rama de ciencias por miedo o, simplemente, porque siempre se ha dicho que eso no era para ellas. 

Fuente: elaboración propia

     Así pues, en esta entrada me gustaría reunir algunos recursos y actividades interesantes que se podrían usar para trabajar este día tan significativo. Para empezar, podría hacerse una batería de preguntas a los alumnos, para así conocer qué saben del tema o que opinan. Podríamos aprovechar la ocasión para enseñar a los alumnos todas las mujeres científicas que la historia se ha empeñado en ocultar. Para ello pondría un vídeo, al tratarse de alumnos de 1º ciclo optaría por algo mucho más animado y que llame la atención de los alumnos, como el que podrá verse a continuación. El primer vídeo es más adecuado para este nivel, en cambio el segundo podría servir para alumnos del 3º ciclo, ya que usa un lenguaje más técnico.

                                      

                                      

     Una vez visto el vídeo, la idea sería preguntarles a los alumnos si conocían a estas mujeres o si saben de algunas otras. Además, sería interesante preguntar a los alumnos qué les gustaría estudiar en el futuro y animarles a estudiar aquello que realmente les guste. 
     A continuación, les propondría un juego muy interesante que, en mi opinión, ayudaría bastante a conocer a muchas mujeres científicas o que han tenido grandes aportaciones a la ciencia, además de otras muchas mujeres importantes en la historia. Se trata del juego ¿Quien es ella?, ideado por Zuzia Kozerska-Girard, quien ha dejado a una lado las preguntas por el físico y la estética para hacerlas sobre sus logros y éxitos.

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     Ha creado un tablero con 28 mujeres con las que poder identificarte e inspirarte, una valiosa herramienta para demostrar a nuestros alumnos que muchas mujeres han tenido repercusión a lo largo de la historia. En definitiva, se trata de trabajar algo más en profundidad estos temas, despertar el interés por la ciencia a edades tempranas y conseguir romper con la idea que se nos ha impuesto. 

Deberes, ¿si o no?

    

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     Ese eterno debate que alguna vez en la vida se te pasa por la mente. ¿Realmente necesarios, o solo una forma de conseguir que los alumnos trabajen en casa todo aquello que en el tiempo del aula se hace imposible?

  Tal y como señala Regueiro (2016) y Sánchez-Lissen (2015) en Lorenzo-Torrecillas, Aguilar-Parra, Fernández-Campoy y Alcaraz-Ibáñez (2016, p. 110) los deberes suponen una ayuda extra para consolidar y ampliar aquello que se aprende en el aula. Considerados una herramienta que incide en el establecimiento de rutinas y hábitos de estudio, además de fomentar la retención de la materia. Sin embargo, muchos autores no están de acuerdo con esto, ya que pueden suponer el inicio de numerosas disputas familiares, así como generar ciertas desventajas en algunos grupos de la sociedad, debido a que no todos los alumnos disponen de las mismas herramientas para hacer frente a esta labor ni tampoco todos cuentan con la ayuda de los familiares (Lorenzo-Torrecillas, Aguilar-Parra, Fernández-Campoy y Alcaraz-Ibáñez, 2016, p. 110).

     Lo que está claro es que no existe unanimidad en lo que sería correcto. Sin embargo, la disputa no queda ahí, sino que también puedes leer largo y tendido sobre la cantidad de los mismos que los distintos autores consideran oportuna. Para Valle (2015), la cantidad de deberes que los alumnos realizan se relaciona de forma positiva con su rendimiento. Además, señala que, a pesar de tener menor relación en las primeras etapas de Primaria, si es cierto que trae consigo el establecimiento de rutinas de trabajo y el desarrollo de actitudes de esfuerzo y responsabilidad.

     Respondiendo a la cuestión planteada, desde mi punto de vista y, teniendo en cuenta la poca experiencia que me acompaña como docente, creo más adecuado abordar la respuesta desde mi experiencia como estudiante. Recuerdo todo mi paso por Educación Primaria acompañada de tareas para casa y, aunque algunos no se lo crean, estoy viva. No, no me ha influido negativamente el hecho de ocupar una hora de la tarde en hacer actividades. Siempre he sido de hacer las cosas sola, claro que siempre estaban mis padres si necesitaba ayuda, pero no he sido un tremendo quebradero de cabeza para ellos, hasta el punto de tener que quejarse a los maestros por la cantidad indecente de tareas con las que esclavizan a sus alumnos. 

     El problema viene cuando mi hermano pequeño empieza a traer deberes a casa, recuerdo las tardes de mi madre enteras pegada a la mesa con él, hasta la hora de cenar. ¿Enserio es justo que un niño esté de 5 a 9 de la noche pegado a una libreta después de 6 horas de clases? ¿Se habían vuelto locos estos maestros? Definitivamente, no. Acostumbrados a no notar las tareas de casa cuando yo cursaba Primaria, mis padres se ven desbordados ante la cantidad de actividades pendientes de hacer que llevaba mi hermano. Claro está que la actitud en clase de cada alumno es diferente y eso se podía observar en nosotros, mientras que yo realizaba las tareas del aula en su momento, mi hermano se dedicaba a no hacer nada, con la consiguiente acumulación de tareas pendientes.

     En definitiva, con esta historia de mi vida quiero dar a entender una idea, y es que quizá no es tal la cantidad de tareas que un alumno lleva para casa, sino la acumulación de las mismas por el poco rendimiento que muestra en clase. Por supuesto que veo necesarios los deberes, para adquirir ese hábito de trabajo del que venimos hablando. Y más aún sabiendo lo que viene después, donde necesitarán mantener cierta actitud de esfuerzo, trabajo y mucha constancia. A favor, siempre y cuando esas tareas creen aprendizajes significativos en los alumnos y realmente sean capaces de enriquecer y consolidar la materia aprendida.

Bibliografía:

Lorenzo-Torrecillas, J.J et al. (2016). Deberes escolares: ventajas e inconvenientes: El eterno debate de las tareas para casa. en M. C. Pérez-Fuentes et all. (Comps). Variables Psicológicas y Educativas para la intervención en el ámbito escolar Volumen II. España: Asociación Universitaria de Educación y Psicología.

Valle, A., Regueiro, B., Estévez, I., Piñero, I., Rodríguez, S. y Freire, C. (2015). Implicación y motivación hacia los deberes escolares en los estudiantes de Primaria según el rendimiento académico y el curso. EJIHPE: European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education, 3, 345-355.